
Las 6 mejores rutas del Camino de Santiago
El Camino de Santiago: Un Viaje Espiritual y peregrinaje a través de la Historia y las Rutas Sagradas.
El Camino de Santiago (Camiño de Santiago), también conocido como el Camino de peregrinación a Santiago de Compostela, es una ruta histórica y espiritual con 6 rutas principales que ha atraído a personas de todo el mundo durante siglos. Con una rica historia y una profunda conexión religiosa, este camino ofrece a los peregrinos una experiencia única llena de aventuras, autodescubrimiento y reflexión.
La historia del Camino de Santiago se remonta al siglo IX, cuando se descubrieron los supuestos restos del apóstol Santiago el Mayor en Galicia, España. Santiago, uno de los discípulos más cercanos a Jesús, se convirtió en un símbolo importante del cristianismo y su tumba se convirtió en un lugar de peregrinación. A medida que la noticia se difundió, se formaron diferentes rutas que conducían a Santiago de Compostela desde toda Europa, atrayendo a peregrinos de todas las clases sociales y nacionalidades.
Hoy en día, existen diversas rutas principales para recorrer el Camino de Santiago y que se realizan en varias etapas, cada una con su propia belleza y desafíos.
Las 6 mejores rutas del Camino de Santiago

Ruta del Camino Francés
La ruta más popular es el Camino Francés, que se extiende desde los Pirineos hasta Santiago de Compostela. Este camino, con una longitud de alrededor de 800 kilómetros, ofrece una variedad de paisajes impresionantes, desde montañas hasta colinas verdes y encantadores pueblos medievales. A lo largo de esta ruta, los peregrinos encontrarán albergues, iglesias históricas y lugares de descanso donde podrán compartir historias con otros viajeros.
Ruta del Camino del Norte

Otra ruta destacada es el Camino del Norte, que sigue la costa norte de España desde Irún hasta Santiago de Compostela. Esta ruta ofrece vistas panorámicas del mar Cantábrico y es ideal para aquellos que buscan una experiencia más tranquila y menos concurrida. Aunque es más exigente en términos de terreno, recompensa a los peregrinos con paisajes impresionantes y una autenticidad única.

Ruta del Camino Portugués
Además, existen otras rutas menos conocidas pero igualmente fascinantes, como el Camino Portugués, que comienza en Lisboa o Oporto y atraviesa el norte de Portugal antes de ingresar a España.
Ruta del Camino Primitivo
El Camino Primitivo, considerado el primer camino de peregrinación y que parte de Oviedo y que fue frecuentado por el pueblo astur-galaico durante los siglos IX a X, atrayendo también a peregrinos de otras regiones de España y Europa.


Ruta del Camino de Fisterra y Muxía
Otra ruta menor es la del Camino de Fisterra y Muxía, que, al grito de ¡Ultreia!, da continuidad al Camino de Santiago en sí, llevándonos tras casi 90 Km mas de Camino, hasta el cabo de Fisterra para evocar a los pueblos romanos y prerromanos, viendo ponerse el sol mas allá del Océano Atlántico.
Ruta de la Vía de la Plata
La ruta de La vía de la plata, (o camino Mozárabe), es una prolongación de la antigua calzada romana de Vía de la Plata, que enlazaba Emerita Augusta (la actual Mérida), con Asturica Augusta (Astorga hoy en día). Esta vía data de los comienzos del cristianismo, cuando, aprovechando la infraestructura del camino antiguo, los peregrinos entraban a Galicia por el municipio extremeño de A Mezquita, siendo este el camino jacobeo gallego de mayor recorrido.

Completan las rutas del Camino de Santiago la Ruta del Camino inglés, por la que llegaban a Galicia los peregrinos provenientes de los países escandinavos y Gran Bretaña, teniendo un recorrido de hasta 112 Km, la Ruta del mar de Aurosa, que a través de la ría de Aurosa conmemora la llegada del cuerpo del Apóstol Santiago a Galicia desde Jerusalén sobre el año 44.
La Ruta del Camino de Invierno, donde con sus nada desdeñables 239 Km de recorrido da acceso a través de la meseta a Galicia, y que ya era usada por los romanos, pudiendo ser una ruta alternativa a las cumbres nevadas de O Cebreiro en los meses invernales, y por último la Ruta del Camino Portugués de la Costa, que llega a Galicia por la villa marinera de A Guarda, completan las 10 rutas principales.
Cada ruta ofrece su propia magia y desafíos, pero todas comparten un objetivo común: llegar a Santiago de Compostela y visitar la majestuosa catedral que alberga la tumba de Santiago el Mayor.
Los peregrinos, conocidos como «peregrinos jacobeos», obtienen la «Compostela», un certificado que acredita su peregrinaje completo a Santiago de Compostela, al caminar al menos 100 kilómetros o hacer 200 kilómetros en bicicleta.
El Camino de Santiago no solo es una travesía física, sino también un viaje espiritual y de autoexploración. Muchos peregrinos encuentran un espacio para reflexionar, encontrarse a sí mismos y conectarse con su fe durante la travesía.
¿Qué nos podría contar un peregrino cualquiera sobre el Camino de Santiago?
«Hola, amigos y amigas del Camino de Santiago. Hoy os voy a contar mi experiencia personal sobre el mejor calzado que podéis usar para realizar esta maravillosa aventura. Porque, como dice el refrán, «no hay camino sin zapatos».
Antes de empezar, os diré que yo soy un peregrino veterano, que he hecho el Camino varias veces y por diferentes rutas. Así que creo que tengo algo de criterio para daros algunos consejos. Pero, como siempre, lo más importante es que cada uno elija lo que mejor le vaya y se sienta cómodo.
Dicho esto, os voy a confesar una cosa: yo no uso botas de montaña para hacer el Camino. Sé que muchos de vosotros estaréis pensando que estoy loco, que las botas son imprescindibles, que protegen el tobillo, que evitan las ampollas, que son resistentes al agua y al barro… Y todo eso es cierto, pero también tienen sus inconvenientes.
Las botas de montaña son pesadas, rígidas y calurosas. Y eso, cuando tienes que caminar muchos kilómetros al día, puede ser un problema. Yo prefiero unas zapatillas de trekking, de caña baja, que sean ligeras, flexibles y transpirables. Así mis pies pueden respirar y moverse con más libertad.
Además, las zapatillas de trekking suelen tener una buena amortiguación y una suela con buen agarre, lo que las hace aptas para todo tipo de terrenos. Y si llueve o hay charcos, no pasa nada: se mojan y se secan rápido. Eso sí, hay que elegir unas zapatillas de buena calidad y adaptadas a nuestro pie.
Otro calzado del que puedes obtener una detallada información en nuestro blog, son las Quechua mh 500.
Y no os olvidéis de los calcetines. Los calcetines son tan importantes como el calzado, porque son los que van en contacto directo con la piel. Hay que evitar los calcetines de algodón o lana, que retienen la humedad y favorecen las rozaduras. Lo mejor son los calcetines técnicos, de tejido sintético, que evacuan el sudor y previenen las ampollas.
Yo suelo usar unos calcetines especiales para el Camino, que tienen refuerzos en las zonas más sensibles y un diseño anatómico. Son un poco caros, pero merecen la pena. Y siempre llevo varios pares para ir cambiándolos cada día.
Además del calzado, siempre es recomendable unos buenos bastones para ayudar a remontar los repechos que nos vamos a encontrar cuando las fuerzas se vayan acabando.
Y claro, una mochila donde poder llevar nuestras pertenencias es mas que recomendable, ya que deberemos de equiparnos con ropa suficiente para aguantar los cambios de meteorología que podamos encontrar, ya que pasaremos por un montón de sitios diferentes durante varios días, y no sabemos que nos podemos encontrar, por muy bien que hayamos planificado el viaje.
Bueno, pues esta es mi opinión sobre el mejor calzado para hacer el Camino de Santiago. Espero que os haya servido de ayuda y que disfrutéis mucho de vuestra experiencia peregrina. Y recordad: lo importante no es llegar, sino caminar. ¡Buen Camino!«